20 años formando parte de la familia. La Espurna (la blanca) fue la primera gata que operé cuando estaba de prácticas (pienso cómo han cambiado sobre todo los protocolos anestésicos y control del dolor!!). La Nina siempre, siempre, la tenía encima de la mesa de estudio.
Y como dato sentimental: ¡¡¡ésta fotografía hecha encima la tapa del pozo de la casa ahora es la sala de consulta de la clínica!!